Los vehículos con motores diésel, son los vehículos más extendidos por todo el mundo gracias a su bajo consumo y sus buenas prestaciones, pero también son los vehículos más contaminantes. Para que sus emisiones sean lo más bajas posibles y cumplan con todas las leyes anticontaminacion, este tipo de motores equipan filtros de partículas. Hoy en CochesEco os vamos a contar que son y como funcionan.
Características del filtro de partículas
El filtro de partículas (DPF) es un dispositivo que equipa los motores diésel para poder superar las actuales leyes anticontaminacion, en cuanto a emisiones de partículas contaminantes. Estas emisiones se producen por que el sistema de combustión de estos motores, hace que en alguno momento queden combustible que no ha sido quemado como es debido.
Sus elementos principales son un pequeño núcleo de carbono al que se le adhieren ciertas combinaciones de elementos contaminantes como sulfatos, óxidos metálicos o azufres. Cuando tiene almacenada una cierta cantidad de estos elementos los queman, para reducir su tamaño y su efecto contaminante.
Existen dos tipos de filtros de partículas:
-Filtro de partículas sin aditivos: Este tipo de filtros van instalados en una zona próxima al motor, para que los gases de escape tenga la temperatura suficiente para poder quemar las partículas instaladas en el filtro.
En su estructura cuenta con un cuerpo central cerámico. su interior esta dividido por distintos canales con conductos de admisión y escape, separados por paredes filtrantes de silicio. Con el silicio, y los distintos sustratos con los que cuentan el sistema, consiguen que las partículas se depositen sobre el elemento catalizador de platino (Este se calienta más rápido para conseguir un mejor proceso de catalisis).
-Filtro de partículas con aditivos: Este tipo de filtro se instala en vehículos donde el filtro de partículas va situado lejos de la salida de los gases. Al estar a esta distancia, no consiguen la temperatura necesaria para realizar la catalisis de los elementos contaminantes, por lo que necesitan un aditivo que les ayude a su combustión.
Sus componentes son muy parecidos a los que tienen los filtros sin aditivos, escepto por alguno elementos como el aditivo, el sensor de control de aditivo y la bomba de inyección de aditivo.
Como estos filtros reciven una gran acumulación de partículas, cada 500 kilómetros el sistema produce una regeneración del filtro, por el cual quema todas las partículas depositadas en él.